“Y mientras tanto tomé mi decisión - dijo. -No me gusta la idea del camino del medio y no me gusta el olor del camino de la izquierda: el aire esta viciado allí, o no soy un guía. Tomaré el pasaje de la derecha. Es la hora de que volvamos a subir.”
Año 2944, una noche de invierno cualquiera en el Gran Bosque Negro. Los aventureros se encuentran en El Pueblo de los Hombres del Bosque, un asentamiento rodeado por una alta empalizada formado por un puñado de granjas alrededor del Salón del antiguo Héroe Balki.
En el exterior de los edificios, el viento sopla helado entre los troncos de los arboles, la nieve choca contra los edificios del asentamiento humano, casi todos los habitantes del lugar duermen protegidos por el calor de la lumbre y guarnecidos por las paredes de sus hogares, solo los vigías del Pueblo del Bosque escuchan los cuernos de caza que provienen del interior del Bosque, un sonido inesperado, gélido, triste y lejano, amortiguado por el incesable viento, como un aullido atravesando espacio y tiempo por igual...
Escaso tiempo después, en lo profundo del bosque, se observan fuertes luces parpadeantes, como de una gran hoguera. El lugar del que parece provenir, es uno de los Castros de los Hombres del Bosque, un pequeño grupo de Familias que encabeza Gundovaldo el Pajarero, que viven en una granja semifortificada a un día de camino. El consejo de ancianos es consultado, pero prohíben salir a nadie de noche, ya que si el camino es peligroso normalmente, es mas en invierno, y de noche. Nadie quiere arriesgarse a perder gente sin saber lo que ha ocurrido.
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